Edith BRUCK. – Ardicia, 2015
Edith Bruck nació en 1932 en un pueblo de Hungría. Judía y pobre, con un padre casi ausente y una madre siempre pendiente de ella y sus hermanos, no encajaba fácilmente en una casa fría y húmeda en la que las discusiones ocupaban gran parte del tiempo y el espacio familiar.
Aficionada a jugar en la calle e ir a una escuela en la que encontraba la paz deseada, su infancia se vio pronto truncada. Con tan solo doce años y la incursión del nazismo en Hungría, Edith y parte de su familia son deportados a Auschwitz. Sólo ella y su hermana Eliz sobrevivirían. El horror de la situación, el frío, el hambre, la suciedad y la crueldad no son solo patrimonio del represor. Las circunstancias hacen de las protagonistas seres embrutecidos y egoístas. Eliz y Edith solo se tienen la una a la otra.
Entre 1944 y 1945 son transportadas como ganado de Auschwitz a Dachau, Christiandstadt y Bergen Belsen, donde por fin acontece la liberación por parte de los estadounidenses.
No termina aquí el relato biográfico de la autora que en un estilo sencillo pero enérgico, limpio de figuras, directo y crudo, relata también toda su supervivencia posterior al lager. Edith vuelve a una sociedad donde la hostilidad, el miedo y el recelo aún perviven en una Europa devastada, y la experiencia vivida es un recuerdo imborrable. De casa en casa y de país en país, arropada por familiares que pasan del amor al odio, familias errantes que buscan en el mundo el lugar que la guerra les arrebató. Hungría, Alemania y por fin un Israel que sigue en guerra, la tierra prometida en la que nadie logra alcanzar sus sueños.
Termina la autora la historia con su viaje a América buscando olvidar un pasado que ya pesa demasiado. Con tan solo diecisiete años Edith ha vivido una guerra, un aborto y tres maridos.
Edith Bruck acabó viviendo en Italia donde Primo Levi la animó a escribir su historia. Hubo de hacerlo en italiano, su lengua de adopción, la única que le permitiría mantener la distancia emocional necesaria para relatar todo el horror vivido.
Ardicia recuperó en 2015 este duro e inquietante relato. Editado por primera vez en Italia en 1959, en él conocemos no solo el durante sino también el antes y después de la shoah de esta escritora valiente y decidida a curar, que no olvidar, las heridas más dolorosas. Una de las heridas más grandes de la primera mitad del siglo XX, que ella vivió en primera persona. El Holocausto nazi y las consecuencias sobre todos los hombres y mujeres que lo vivieron. M.L.P.
A partir de 15 años