Marisa López Soria y Carmen Queralt. Narval, 2020
Mateo es un niño de color. Pero no es de color rojo… Ni verde… Ni azul… Ni lila, que a los tontos espabila… Ni tan siquiera amarillo que te pillo… Así empieza esta hermosa historia, sencilla y bien contada, sobre un niño de raza negra adoptado y querido más allá de los lazos genéticos. Una historia sencilla, como tienen que ser las cosas cuando el amor discurre de manera sincera, aunque a veces estas cosas se compliquen sin necesidad por prejuicios y miedo a lo diferente.
Los niños más pequeños no entienden de colores ni razas, son capaces de estar jugando con un amigo todos los días, a todas horas, sin ver nada diferente ni apreciar que algo es distinto de él mismo. Solo cuando crecen en algunos casos esa diferencia se evidencia y la rechazan, una emoción aprendida que debemos desterrar como algo que no tiene sentido. En el caso de nuestro protagonista además es adoptado, otro punto que puede causar conflicto en algún momento cuando no se sabe como enfocarlo.
Mateo llegó a casa desde una isla lejana, de gente de piel canela, volcanes y papagallos. Él sabe que es un niño adoptado y comprende su situación a partir de las bellas historias que su madre le cuenta cada noche, palabras que él atesora para los momentos dificiles que todo niño atraviesa. Hijo, cuento, regalo, amigo, tesoro… con ellas teje su historia.
Marisa López Soria crea un texto casi poético, de palabras cálidas y cercanas, capaces de transmitir emociones que nos llevan por las páginas de una historia que va más allá del tema de la adopción o del acogimiento y, con la misma calidez e igual de efectivo, los collages llenos de color de Carmen Queralt acompañan este precioso viaje de aprendizaje que es parte de la vida. MB
Recomendado a partir de 4 años