James Flora. Traducción de Jorge Cascante. Blackie Little, 2020
Pongámonos en situación. Una noche de tormenta, de grandes truenos y lluvia que sacude las ventanas, un niño asustado se refugia en brazos del abuelo. Este le recuerda que en casa está seguro y, para entretenerlo, le cuenta que más peligroso fue cuando a él mismo le pilló una tormenta parecida en el bosque. Se tuvo que refugiar en una cabaña del bosque que solo tenia un misterioso saco de huesos en su interior.
A partir de ese momento empieza a relatar historias de miedo ante el creciente interés del niño, que no puede evitar la curiosidad que siente. Esqueletos que esperan años a que alguien los libere de un saco, brujas con verrugas, enormes arañas con bocas gigantescas, fantasmas sin manos, hombres lobo que tienen mucha, pero que mucha hambre… y así las historias se van encadenando.
Una de las acertadas reediciones de Blackie, dentro de la colección Gran Literatura para Pequeños Lectores. James Flora busca la emoción, el escalofrío en el lector y para ello recurre a la fantasía, brujas, fantasmas, niños convertidos en arañas… en definitiva, figuras que ya están en el imaginario popular infantil pero que siguen funcionando pero que muy bien. Y a la vez lanza a los lectores la idea de que se pueden enfrentar a sus miedos y a cualquier problema.
Gran narrador con un estilo que recuerda a lo oral, primero crea el ambiente propicio para después crear expectación (…es una historia demasiado espantosa para contártela. Podrías hacerte pis de miedo) Capta luego la atención, consiguiendo que sea el oyente el que lo pida, y en consecuencia el lector. Para finalmente hacernos pensar que todo es verdad al traspasar los elementos fantásticos a la vida real, con naturalidad y soltura, como muestra la pequeña sorpresa final.
Las ilustraciones son expresivas, con monstruos compuestos unas veces por cabeza y dos patas que recuerdan al Bosco, otras veces por caras con bocas llenas de dientes afilados. Ambientes abigarrados, llenos de referencias a elementos clásicos del mundo del terror pero con un aire inevitablemente infantil que el autor remata utilizando dos tonos, el gris y el azul. Un libro original en cuanto a la elección de temas dirigidos a estas edades. MB