Lawrence Durrell. Edhasa, 2012
Justine es la brillante apertura del Cuarteto de Alejandría, la conocida tetralogía de Lawrence Durrell: Justine (1957), Balthazar (1958), Mountolive (1958) y Clea (1969). En esta primera obra Durrell nos cuenta la compleja historia de amor que el narrador siente por la enigmática Justine. La novela abre de par en par las puertas de la ciudad de Alejandría en los años 30 y 40, para convertirla en el escenario que arropa las vidas de Darley, Melissa, Justine y Nessim, vidas entrelazadas por una extenuante relación de amistad, amor y traiciones.
La novela comienza en una solitaria isla griega en la que el narrador acaba de instalarse con la única compañía de una niña de dos años, hija de su antigua amante Melissa. Aquí comienza el recuerdo de los años vividos en Alejandría junto a Justine, Nessim, Melissa, Georges Pombal, Balthazar y las constantes alusiones al poeta Constantino Cavafis . A través de la mirada de estos personajes tan diversos Durrell nos muestra distintas vertientes del modo de vida y las costumbres de la ciudad.
El autor británico fragmenta las poco convencionales relaciones afectivas, amorosas y sexuales que se establecen entre los protagonistas para exponerlas de forma laberíntica. El lector no tarda en percibir que está ante una obra compleja en la que hay varias voces narrativas y mezclas de tiempos que tendrá que encajar.
La prosa poética de Durrell contrasta con el sórdido escenario que describe, dulcificando algunas escenas, que de otro modo, resultarían más duras. La ausencia de maniqueísmo a la hora de tratar a sus personajes los enriquece mostrándonoslos con sus luces y sus sombras. Del mismo modo, la falta de juicios valorativos de sus actos, deja en manos del lector la valoración de dichos actos confiriendo a los personajes aquellas virtudes o defectos que el lector interprete de su lectura. AR
En la frontera