Andreu Martín y Ramón Rosanas. – Nandibú, 2015
Muchas veces hemos leído historias protagonizadas por animales domésticos. La relación que se establece entre ellos y sus dueños suele ser en el mejor de los casos una relación de auténtica amistad. Juegos, caricias, travesuras y otros momentos compartidos que ambos buscan y experimentan con placer. Pero en ocasiones ocurre que esa relación se rompe y el sufrimiento y la pena embarga a ambas partes.
Es fin de semana y los padres de Paula han decidido viajar al campo con la niña a visitar a sus tíos. Los acompaña Brisca, una perrita scottish terrier negra que es la mejor amiga de Paula. En un paseo por los alrededores de la casa, Brisca se despista persiguiendo un conejo. Cualquier intento de la familia por encontrarla resulta infructuoso. A partir de este momento, Andreu Martín narra las peripecias de la perrita, que asustada y desorientada, solo encontrará la ayuda de una manada de perros salvajes que merodean buscando comida en las granjas de la zona. Por su parte, Paula sufrirá la pérdida de su compañera de juegos, imaginando su soledad y desamparo. Durante una semana interminable esperará impaciente la llamada de su tío diciendo que Brisca ha vuelto. Pero la llamada sólo informa de que una amenaza se cierne sobre su amiga. Los granjeros han visto a Brisca con una jauría de perros que se comen las gallinas que les dan de comer, y han decidido salir en su busca para acabar con ellos.
De manera sencilla y entrañable el autor habla del cariño entre la niña y el animal y del dolor que para ambas produce la separación. No son ajenos al relato los peligros sufridos por la perra ni los actos salvajes que ésta tendrá que cometer al juntarse con el resto de perros, permaneciendo equidistante entre la necesidad de los animales por sobrevivir y la de los granjeros por salvar sus propiedades, de modo que el lector pueda entender ambos puntos de vista. Finalmente, será Paula quien movida por el cariño demuestre a todos que hay una alternativa a la violencia, si estás dispuesto a comprender las necesidades del otro bando. M.L.P.
A partir de 8 años