Jon Klassen. NubeOcho, 2021
Un pez pequeño, bastante osado y muy coqueto, le roba un sombrero azul a un pez mucho más grande que él. Está convencido de que no se dará cuenta, porque estaba dormido y sabrá cómo esconderse; además igual ni siquiera se da cuenta de que no tiene el sombrero, ni podrá adivinar qué pasó o quién se lo robó, o dónde se metió el autor de la fechoría… En fin, pez pequeño está convencido de salirse con la suya.
Pero el pez grande se despierta. Y se dá cuenta de que le han robado. Y sabe muy bien dónde ir y qué pistas seguir. Y el caso es que el pez grande vuelve con su sombrero azul…
Lo mágico del asunto es que ya hemos empleado muchas más palabra en esta reseña para describir el argumento de las que el autor necesita para hilar su obra. Pero muchas más. Jon Klassen es un experto en contar mucho con lo mínimo. Sus narraciones, en apariencia sencillas en argumento y vocabulario, están llenas de gestos y silencios que hay que interpretar, y sabe hacerlo muy bien, pero que muy bien.
El pez pequeño es el que lleva el peso de la narración, como en un monologo, y el lector tiene que participar y sacar sus propias conclusiones comparando las palabras con las acciones representadas. Lo que ocurre al final tampoco se cuenta explícitamente, y se deja al lector que ate cabos y lo averigue.
Un cuento minimalista y expresivo a más no poder que plantea interesantes reflexiones para el pequeño lector. ¿De qué lado se pondrá? Robos, castigos, mentiras…¿cómo se siente con el final? Las ilustraciones en tonos marrones crean un mundo propio que ayuda a centrar la historia sin distracciones, con las imágenes justas, como ocurre con el texto, y juntos crean tensión e intriga en un cuento sin edad que es posible que guste más a mayores que a pequeños. MB
A partir de 4 años.
