Alex Nogués y Miren Asiain Lora. – Flamboyant, 2019
Cuesta acabar de leer el libro del que vamos a hablar y no desear que su autor nos acompañe en nuestro próximo viaje.
De una manera o de otra, las personas a las que les gusta disfrutar de la naturaleza creen conocer sus misterios. Sin embargo, la mayoría nos limitamos a observar desde los senderos todo lo que tenemos alrededor, sin reflexionar demasiado sobre cuestiones como ¿cuánto tiempo lleva aquí este árbol?, ¿por qué el color de las rocas de abajo es tan diferente al de las de arriba? o incluso ¿qué hace una concha en lo alto de la montaña?
Es hermosa la naturaleza. Bosques, ríos, lagos, vegetación, animales grandes o pequeños… rocas… ¿rocas?. Quizá el suelo que pisamos es el elemento de la naturaleza en el que menos pensamos cuando estamos en ella. Sin embargo, es sobre él sobre el que se construye el paisaje que admiramos. En función de su composición crecerá una vegetación y vivirán determinados animales.
Alex Nogués es capaz de hacernos pensar en la edad de la Tierra a partir de la forma de una roca o de la montaña en la que la encontramos. Con sus explicaciones, claras, sencillas, rigurosas y muy divertidas, aprenderemos a identificar los estratos del suelo que pisamos, el periodo en el que se formaron y los restos fósiles de los animales y plantas que existían entonces.
A medio camino entre el cuento, el álbum ilustrado y el libro divulgativo, Mil ostras en lo alto de la montaña es una excelente forma de animar a los niños a interesarse por la geología, a observar y ver, más que a mirar, y a hacerse preguntas para descubrir un pasado natural cuyas huellas aun están a nuestro alcance.
Destaca el tono con el que el autor busca la complicidad del lector. Alex Nogués interpela y anima al caminante a disfrutar de la naturaleza. Pero sobre todo a pensar en ella a través de sencillos símiles con nuestra vida cotidiana, con correcciones a respuestas automáticas, e introduciendo páginas explicativas, ajenas al relato, que nos ponen en antecedentes muy oportunos. Las ilustraciones invitan a la observación y al juego. Sutiles y detallistas llevan al lector de lo general a lo especifico, en función de las necesidades del texto. Además se incluye un glosario de términos geológicos.
El libro ha sido incluido en la lista White Ravens 2020 de la International Youth Library de Munich, que cada año selecciona los mejores libros para publico infantil, escritos en más de 30 lenguas diferentes, de los que recibe en su biblioteca. M.L.P.
A partir de 6 años