Pep Bruno y Daniel Piqueras Fisk. – Narval, 2018.
Son pequeños los días en que ocurren cosas sencillas. También lo son aquellos en que ocurren cosas apasionantes, de esas que llegan muy adentro. De esas que te atrapan en su magia y hacen que el tiempo vuele. Caerte de la patineta, que la chica que te gusta quiera pasear contigo, que la abuela te cuente un cuento, equilibrar bien el tirachinas, poder conversar cara a cara con una nube… A los personajes sencillos le ocurren cosas pequeñas, y con eso les vale. Y más cuando nada puede ser muy grande en un pueblo pequeño. Tan pequeño que si hubiera algún habitante más, quizá no cabría.
Pep Bruno recrea en su nuevo libro de cuentos, los días de infancia en un pueblo como Selas, aquel en el que pasara los veranos de su niñez. Y lo hace a través de una serie de personajes tiernos, entrañables y divertidos, valientes y decididos en sus rutinas, necesarios en el devenir del lugar, y principal valor del libro.
Cada relato narra una pequeña anécdota de uno o varios de los habitantes del pueblo, historias sencillas, con autonomía propia, enlazadas por sus protagonistas y que en conjunto constituyen la crónica de un verano en la vida de un pueblo común y corriente, sencillo, pequeño…
Cuánto me gustaría escuchar estas historias de boca de Pep Bruno. Cuánto poner voz a Andrés, el hombre carta, lleno también de historias, a Juan Tarambana, a la tía Gabriela, a Pedro Campana, a Luisa, al niño Antón… Porque cada capítulo está impregnado de la oralidad de su autor, contador profesional, amante de la palabra y de las historias populares.
Las ilustraciones de Daniel Piqueras Fisk, alegres y despreocupadas como el texto, llenan la página y completan el relato con cariño y respeto a los personajes. El blanco y negro de las imágenes, solo iluminado por el rojo de los títulos de cada capitulo y otros escasos detalles, invita a ser coloreado, y aporta elegancia y belleza a la edición de Narval. M.L.P.
A partir de 7 años