Inaugurando un nuevo período de actividad cultural, la librería Letras Corsarias de Salamanca lo hizo por todo lo alto contando con la presencia de Paco Roca. 5 ovejas negras no podía faltar a esa cita y allí estuvimos escuchando la entretenida charla de Paco Roca y hablando con él sobre su obra, sus referente literarios, gustos y algunas cosas más. Aquí os dejamos la entrevista que lo recoge. Esperamos que os guste.
¿En qué momento decidiste que querías dedicarte a ser autor de cómics y hacer de ello una profesión?
Yo creo que he tenido la suerte de tenerlo claro desde pequeño. Para mí era como mi juego… como mejor me lo pasaba era dibujando y contando historias. Con el tiempo he tenido la suerte de que, al final, ha sido mi trabajo, pero tenía muy claro que quería dedicarme a algo relacionado con el dibujo y con contar historias.
Eres un autor consagrado con varios premios que acreditan ese reconocimiento ¿Qué importancia le das a los premios en la carrera profesional de un autor?
La verdad es que te sube mucho el ego y en cierta forma te afirma en lo que estás haciendo y en el camino que estás tomando, pero tampoco le hago demasiado caso a ese tipo de cosas porque yo creo que no son demasiado buenas, el estar mirando a los premios y lo que has conseguido, en muchos casos, en lugar de ayudarte te frena, te hace más conservador, te hace pensar más en lo que va a opinar la gente de tu trabajo, y si en el siguiente te van a dar un premio o no te lo van a dar, y pierdes un poco el objetivo que es contar cosas de la forma que tú crees que tienes que contarlas. Estas cosas están bien porque te suben el ego pero, quitado eso, hay que dejarlas en la estantería y olvidarte un poco de todos esos premios.
Un hombre en pijama comenzó siendo una tira semanal, pasó al cómic y ahora se ha hecho una adaptación al cine. ¿Cuánto hay del personaje inicial en esa adaptación?
Pues ha quedado poco del personaje inicial, algunas cosas se han mantenido pero ya se desvirtúa todo un poco porque, de repente, es un actor el que está interpretando, ya no es tu dibujo sino que es el dibujo de los animadores, ya no es la realidad en sí, no es tu vida; tiene que tener una estructura, una historia, y va convirtiéndose en una especie de comedia romántica, entonces… yo creo que quitando el pijama ya queda poco del personaje real de los cómics.
¿Qué supuso para ti, profesionalmente, la adaptación al cine de Arrugas?
Pues fue muy importante porque hizo que el cómic llegase a más gente y Arrugas llegó a un tipo de lectores que nunca habían leído cómic pero, aún así, donde llega el cine, en muchos casos, no llegan los cómics. La película, ya no solamente en el cine sino luego en el DVD y sobre todo con el pirateo, internet y demás, ha llegado a mucha gente que jamás habría leído un cómic o que jamás lo leerá, con lo cual, una historia como Arrugas que, yo creo que lleva a reflexionar o a pensar sobre un determinado tema como es la vejez y las residencias de ancianos, en el fondo, lo que quieres es que llegue a cuanta más gente mejor, y gracias a la película ha llegado a mucha gente a la que, de otra forma, nunca habría llegado.
¿Tienes algún referente literario, algún autor, ilustrador o historietista al que admires?
Sí, habría muchos. Quizás dentro de la novela juvenil que a mí me encantaba cuando era un crío estaría, sobre todo, Julio Verne y, en especial, Viaje al centro de la Tierra que es para mí una de las novelas de mi infancia, y todas las del género de aventuras, desde Stevenson a muchos otros autores de viajes como Erge con Tintín. Me encanta la aventura, toda la novela juvenil o clásica de aventuras y de viajes son los grandes referentes de mi infancia. Luego, según vas creciendo, vas teniendo otros. Ahora hay muchos autores que para mí son muy importantes. Dentro del mundo del cómic están Piguet o Satrapi que han creado nuevos caminos dentro del medio, me parecen muy buenos referentes. También autores como Paul Auster y españoles como Javier Cercas, por ejemplo, son una buena influencia.
¿Qué proceso sigues a la hora de crear un cómic?
Lo primero es tener algo que contar, una vez tienes una idea viene la documentación. Soy muy metódico, no dibujo nada hasta que no tengo el guión terminado, y hago varios borradores del guión. Una vez que lo tengo terminado, paso a la siguiente fase que es el abocetar el cómic, y hasta que no termine de abocetarlo, no paso a la siguiente fase que es el dibujo ya terminado con más detalles, mejor dibujado. Voy siguiendo los pasos y no me salto nada, no me pongo a dibujar mientras estoy escribiendo el guión. No es muy normal porque a la mayoría de los dibujantes lo que les gusta es dibujar y van alternando el dibujar con el escribir, escriben un poco, dibujan… empiezan a hacer bocetos mientras escriben, luego vuelven a dibujar… Y yo no hago ni una sola raya hasta que no he terminado el guión, y puedo estar meses y meses dándole vueltas al guión cambiándolo, documentándome…
¿Te consideras más ilustrador o escritor?
Yo creo que ni una cosa ni otra. Sería incapaz de escribir una novela o una historia sin dibujos y también me veo incapaz de dibujar algo que no haya hecho yo. Esto solo te lo permite el cómic que es un medio único, una mezcla de las dos cosas, del texto y del dibujo.
¿Qué importancia le das a las campañas de márquetin y redes de difusión como Facebook o los blogs para llegar al lector?
Le dedico muy poco tiempo porque no lo tengo y no me gusta demasiado el tema de las redes sociales. Lo hago porque es necesario para que la gente siga tu trabajo y pueda seguir dónde vas a estar y ese tipo de cosas, pero intento que me quite el mínimo tiempo posible, y solamente lo utilizo de forma profesional. Ni tengo Facebook ni le dedico demasiado tiempo a las redes sociales, pero es verdad que lo considero necesario.
¿Crees que hay diferencia entre escribir para un público adulto y uno juvenil?
Sí, pero muy poca. Yo creo que las buenas novelas juveniles o infantiles son las que puedes leer y retomarlas toda la vida. Lo que hablábamos antes de Julio Verne o novelas más juveniles que las de Julio Verne, yo las sigo releyendo a veces y despiertan en mí las mismas cosas que cuando era un crío y yo creo que eso es lo bonito. A la hora de escribirlo, imagino que el escritor no piensa demasiado en que está dirigiéndose a un público juvenil. Claro que no vas a tratar ciertos temas, pero yo creo que lo haces con un respeto para el niño que llevas dentro, y más aún, para el niño que lo va a leer, teniendo en cuenta sus gustos y su forma de leer.
¿Hay algún libro que te marcara en tu infancia?
Sí, como decía antes leía mucho libros de fantasía, ciencia ficción y aventuras. Leía mucho a Julio Verne que es uno de mis autores favoritos.
¿Podrías decirnos qué estás leyendo en este momento?
Acabo de terminar un libro que se titula De qué hablo cuando hablo de escribir, de Murakami. No es que me guste especialmente Murakami, pero me gusta leer libros que tratan sobre el oficio de escribir porque, al final, es algo muy personal y cada uno tiene sus formas de hacerlo en la intimidad. Me gusta leer libros así, otro que leí que me gustó mucho es uno de Stephen King, que no me acuerdo cómo se llamaba, que hablaba del proceso de escritura. Umberto Eco también tiene uno que me gusta porque aprendes mucho de ver cómo trabaja otra gente. Lo terminé viniendo para acá…
Si tuvieras que recomendar un libro a nuestros lectores juveniles ¿Cuál eligirías?
Uno que me gustó mucho, aunque hace tiempo que lo leí, es El canto de la tripulación de Mac Orlan, un escritor francés del siglo XIX que me recordó mucho a los libros de aventuras de autores como Stevenson.
Agradecemos mucho a Paco Roca que hiciera un paréntesis en su apretada agenda para charlar y compartir con nosotras sus inquietudes, gustos y estrategias literarias. Fue un placer escucharle y sigue siéndolo leer sus obras. Muchas gracias.