Cristina Bellemo y Mariachiara Di Giorgio. – Combel, 2016
El final de la vida viene precedido de recuerdos. En ocasiones nuestros ancianos recuerdan antes lo que ocurrió en su infancia que lo que hicieron ayer mismo. Las alas que al señor Guillermo le han crecido al lado del melocotonero son producto del pasado. Al principio no lo ve, y busca a su dueño entre sus vecinos; busca por toda la ciudad; busca una razón, un error, una confusión que explique la aparición de dos alas en su jardín. Cuando busca en sí mismo reconoce que son suyas, por eso una mañana, feliz como todas las anteriores, se las coloca y alza el vuelo.
Una hermosa metáfora expuesta de forma tierna, serena, pausada, emotiva y poética para expresar el paso del tiempo y la aceptación de la muerte de forma natural y calmada. Las imágenes, de colores pastel, a acuarela y lápiz de colores ilustran la vida cotidiana de la ciudad y de sus gentes. Una vida en la que niños, jóvenes y adultos conviven y que no cesa, nunca para, como tampoco lo hacen las plantas, que echan flor cada primavera, siempre las mismas y siempre otras, los animales, que vuelven con los primeros rayos de sol, siempre los mismos, y tal vez distintos, como vuelven los recuerdos de la infancia y la adolescencia, los recuerdos de tiempos felices, guardados en lo más profundo del corazón, dormidos, pero nunca olvidados. Una tierna propuesta para mostrar al lector niño la inetabilidad y naturalidad de la muerte. M.L.P.
A partir de 6 años