Chris Haughton. Milrazones, 2016
A todas las casas llega el tan temido momento de ir a dormir para padres y pequeños, y el álbum escrito e ilustrado por Chris Haughton parece la propuesta perfecta para abordar esta situación. El argumento es sencillo; en el bosque todos los animales se disponen a descansar, menos una pequeña osa que parece tener energía de sobra para jugar un buen rato. Prueba con los ratoncitos, las pequeñas liebres o los soñolientos ciervos, pero ninguno parece dispuesto a seguirla. Así pues, no queda más remedio que ir a dormir.
Lo que ya no es tan sencillo es convencer a los pequeños lectores, y el autor lo consigue con bostezos, inspiraciones profundas, ojos medio cerrados, sonidos y silencios que Haughton administra y reparte por el texto de manera progresiva y que inducirán a dormir al más reacio. Los habituales cambios de tamaño en las páginas y las atractivas ilustraciones, cálidas, de colores intensos y formas rotundas y tiernas a la vez, logran un álbum redondo, sosegante y tranquilizador.
Si en cada uno de los libros anteriores parece predominar uno de sus intensos tonos (en Un poco perdido es el color verde, en Lucas es el naranja y en Shhh, tenemos un plan es el azul medianoche) el color elegido para Buenas noches a todos es un vistoso magenta. Pero además el autor incluye un extra. Ha contado con las guardas, espacio que cada día cobra más importancia en los álbumes, para incluir el sistema solar. Estrellas y constelaciones se muestran al abrir el álbum, donde aparece primero el cielo nocturno del sur, mientras que en la guarda de cierre será el cielo nocturno boreal, haciendo un guiño al lector al coincidir la silueta de los protagonistas con las constelaciones de la Osa Mayor y la Osa Menor. Sin duda un acercamiento original a la astronomía que no interrumpe el hilo de la historia, pero que conecta al lector con las rutinas diarias, el ritmo de la naturaleza y la marcha del universo. MB
Recomendado de 0 a 5 años