Shel Silverstein. Kalandraka, 2016
¿Alguna vez habéis pensado en tener un rinoceronte como mascota? Silverstein nos da razones ¡¡de mucho peso!! para hacernos con uno como perfecto compañero de juegos para los niños. Ya en la primera página nos dice que Es mimoso y cariñoso, callado como un ratón, y en las cosas de la casa puede ayudar mogollón.
¿Alguna otra mascota ofrece tanto? Puede ser un buen perchero, hacer de lampara, comerse las malas notas y servir de abrelatas o de guardaespaldas… y así durante varias páginas sigue enumerando cualidades insospechadas que pondrán una sonrisa en el lector hasta el final del álbum. Y es que es el humor el principal ingrediente de este libro, con un delicioso texto rimado, sencillo y ocurrente, que el traductor sabe respetar, y una ilustraciones de dibujos sin colorear pero muy expresivos que contribuyen al humor con gestos, expresiones y con el contraste de ver el corpachón del rinoceronte y sus actitudes delicadas a la hora de jugar.
La cuidada edición mantiene los fondos blancos y limpios sobre los que le gustaba trabajar al autor, que jugaba con el formato, los fondos y la expresividad de la linea para conseguir el efecto deseado. El texto, de 1964, mantiene toda la frescura, y utiliza la imaginación y el humor para mostrar situaciones absurdas con las que dar la vuelta a la realidad y enganchar a lectores grandes y pequeños que saldremos casi convencidos de querer comprar nada menos que un rinoceronte. MB
Recomendado a partir de 4 años