Thomas Müller. Loguez 2015
Con una estructura circular que arranca y concluye en la primavera, Thomas Múller hace un recorrido por la vida de las golondrinas y los gorriones a lo largo de un año, y aunque dedica un volumen a cada uno de ellos, en ambos sigue la misma estructura narrativa.
Por fin el invierno da paso a la primavera y tanto los gorriones como las golondrinas empiezan a buscar un lugar donde anidar para poner sus huevos. Después de 15 días, en el caso de las golondrinas, y 13 en el de los gorriones, los polluelos rompen las cáscaras y asoman sus cabecitas. Durante un tiempo, las crías serán alimentadas por sus padres hasta que tengan fuerza suficiente para emprender el vuelo.
Con la llegada del verano, a diferencia de las golondrinas que buscan insectos en las praderas y los campos, los gorriones son animales muy sociables que disfrutan revoloteando en los parques comiendo los restos que dejan los humanos o recogiendo los granos que se pierden en las cosechas.
A finales de septiembre se nota el otoño y las golondrinas empiezan a reunirse en grupos cada vez más numerosos. En el aire hay una sensación de partida. Arrancan el vuelo y comienzan la gran migración a África. Siguiendo una brújula interior se orientan por los astros, por el campo magnético de la Tierra y por marcas del terreno como montañas, lagos, molinos de viento y chimeneas de fábricas. En su travesía, tienen que tener cuidado con el halcón Eleonor que lleva tiempo esperando la migración de estos pequeños pájaros para alimentar a sus crías. Después de cuatro semanas de un viaje agotador, llegan a su segunda casa: Sudáfrica. Aquí pasan el invierno hasta que, un día de marzo, les entre una conocida intranquilidad y, una vez más, emprendan el vuelo de regreso al Norte.
Los gorriones, a pesar de que empiezan a caer los primeros copos de nieve, se las arreglan para conseguir granos, semillas y restos de comida de las personas, y sólo tendrán que estas vigilantes por si aparece algún gavilán. Las ciudades les ofrecen lugares protegidos donde pasar las frías noches de invierno, muy juntos, dándose calor unos a otros soñando con la llegada de una nueva primavera.
Múller ofrece una información precisa, narrada con fluidez y enriquecida con unas ilustraciones realistas, casi fotográficas, que deleitan al lector y aportan información extra. Una opción muy recomendable para aquellos niños curiosos amantes de la naturaleza. AR
De 6 a 8 años