José Muñoz y Carlos Sampayo. – Salamandra Graphic, 2015.
El 7 de abril de 2015 se conmemoraban los cien años del nacimiento de Eleonora Fagan Gough, más conocida como Lady Day ó Billie Holiday, gran musa del jazz y una de las mejores voces de la música del siglo XX, aún viva en la memoria y los oídos de viejos y nuevos admiradores. Muchos fueron los homenajes para celebrarlo. Reediciones discográficas, biografías y ensayos sobre su figura y su obra, y entre ellos, la reedición por parte de la editorial Salamandra en España, del cómic realizado veinte años atrás por el dibujante José Muñoz y el escritor y guionista Carlos Sampayo.
La obra es una ficción en torno a algunos de los episodios más llamativos de la tormentosa vida de la artista. Treinta años después de su muerte un periodista investiga sobre su figura. El artículo que está a punto de publicar le descubrirá las mil vidas de esta fascinante mujer, castigada por los hombres desde que a los catorce años fuera violada y entregada a la prostitución. Una mujer capaz de caer en las más despiadadas trampas de la vida a la que tanto amaba. Alcohólica y drogadicta, pasó gran parte de sus cuarenta y cuatro años alternando los éxitos y escándalos en los clubes de jazz con los centros de desintoxicación, la cárcel y los hogares de los hombres de los que se enamoró y que la maltrataron física y psicológicamente.
Los autores recrean la historia parcial del mito y de la persona, pero también de la época en la que vivió, dura para los negros, y de la sociedad que la castigó en un estremecedor negro y blanco, expresivo y doloroso. Un blanco y negro que son los tonos de la vida de la cantante, de los clubes en los que triunfó, de las calles y coches en las que calló y fue detenida, el color de la piel por la que tantas veces fue repudiada, de la droga que la mató y la sonrisa por la que (también) será recordada. Compañeros de viaje como su admirado Lester Young, Teddy Wilson, Coleman Hawkins o Gerry Mulligan, comparten con Lady Day las páginas de esta obra poética, emotiva y sin embargo compleja. Elipsis temporales, mezcla de tramas y subtramas sin pistas en la composición, desorientan al lector y son marca y seña de la obra del duo de creadores argentinos. M.L.P.
A partir de 15 años