Entrevistamos al ilustrador Ángel Trigo, con el que estuvimos en la Última Feria del Libro de Salamanca, en la presentación del libro Un cuento y veinti3 sonrisas, del que es coautor con una de sus ilustraciones.
¿Qué te animó a dedicarte a la escritura/ilustración?
La posibilidad de hacerme rico sin dar ni golpe, ¡es broma, es broma!. Creo que uno se dedica a esto por admiración a lo que tú consideras tus Maestros, te dices: ¿cómo puedo dibujar tan rematadamente mal habiendo esta gente por el mundo? Esto, que es pura envidia, es el comienzo del aprendizaje.
¿Cuáles eran tus referentes literarios? ¿Han cambiado desde entonces?
Básicamente no, se han enriquecido y ampliado, eso sí.
Ilustradores como Ralph Steadman, Tomi Ungerer, Ronald Searle, André Francois, Saul Steinberg, Tullio Pericoli, Oscar Grillo, Carlos Nine, Moebius, Santiago Sequeiros, Pat Andrea, Wolf Erlbruch… la lista sigue y sigue.
¿Sigues siempre el mismo proceso de creación al abordar un nuevo proyecto?
Como todavía no he sido capaz de ser el autor de texto e ilustración conjuntamente, la primera parte del proceso es leer bien el texto que te dan a ilustrar, en ese sentido sí, después ya depende del proyecto.
¿Con qué parte de ese proceso disfrutas y/o sufres más?
El comienzo es lo que requiere más esfuerzo y sufrimientos.No hablo de búsqueda de información o documentación sino más bien de qué «tono» o «línea» gráfica vas a seguir, elegir dentro de las múltiples posibilidades o vías que se te presentan, con la duda que te queda casi siempre de haber hecho una buena elección. Después viene la técnica, que puedes dominar mejor o peor, eso es otra aventura diferente, que también te da sus gustos y disgustos.
¿Piensas que hay diferencia entre escribir o ilustrar para un público adulto y uno más joven?
Evidentemente sí. Existe cierta censura o «dulcificación» cuando adaptas tu trabajo a la ilustración llamada infantil, en la mayoría de los casos por imperativo de los editores, en otros por autocensura, creo que esto es un error, porque si tienes la suerte de contar con un texto, como punto de partida, que no trate a los niños como tontos, entonces la ilustración también tiene que arriesgarse y ser exigente, buscar una calidad y no caminos trillados y endebles.
¿Qué importancia le das a las campañas de Marketing y otras redes de difusión (blogs etc) para que los libros lleguen al lector?
Si, está muy bien, luego hace falta que los libros se compren, y ya si encima se leen, estupendo.
¿A qué soñabas que te ibas a dedicar cuando eras pequeño/a?
Con esto mismo que hago ahora, dibujar.
¿Qué estás leyendo en este momento?
Pues no tiene nada que ver con la literatura infantil: Linterna Mágica, la autobiografía de Ingmar Bergman.
¿Qué libros te marcaron en tu infancia?
Mi primera lectura fueron los tebeos y unas adaptaciones al comic de Clásicos de la literatura de Ediciones Bruguera (que por cierto no ponían ni el nombre de los pobres dibujantes). Después ya vino de todo y de forma completamente desordenada.
¿Podrías recomendar algún título a nuestros lectores?
Acaba de salir, editado por Media Vaca, HAY CLASES SOCIALES, con ilustraciones de Joan Negrescolor. Me parece un buen ejemplo de lo que hablaba antes.
También otro que se ha convertido, al menos para mi, en un clásico: EL PATO Y LA MUERTE de Wolf Erlbruch.
Muchas gracias, Ángel, por dedicarnos parte de tu tiempo. Esperamos seguir disfrutando de tu obra.