En el mismo momento en el que Erik está preparando púlcramente su maleta para viajar a Nueva York, su padre entra para darle una desagradable noticia. Erik es un joven inteligente, hay quien lo define como sabelotodo, maniático, ordenado, obsesionado con la limpieza, un poco cursi y muy muy cuidadoso con su aspecto. En su maleta, de marca, claro, no falta ninguna de las prendas necesarias para el viaje. Lo que Erik no sabe es que finalmente no viajará, o al menos, su destino no será Nueva York. Su padre, ha confundido las fechas de los billetes que en realidad compró para el mes anterior y al intentar resolver el problema solo ha encontrado una plaza libre en un avión para el día siguiente, por lo que Erik no podrá acompañarlo a América y para no quedarse solo en Bremen viajará a casa de su abuela en Grasberg.
La noticia tampoco es bien recibida por la abuela, escarmentada con las manías de su nieto, pero la decisión ya está tomada. Lo que Erik también desconoce es que en Grasberg le aguarda una inesperada sorpresa. Durante las últimas semanas el asesinato de tres jóvenes ha ensombrecido las vidas de los habitantes de Bremen. El cuerpo sin vida de uno de estos jóvenes, Sandra Nadel, ha aparecido en Hamburgo, y su fantasma, brillante, blanquecino y de ojos enormes, aparece en la ventana del balcón de la habitación de Erik en su primera noche en Grasberg, como pidiendo a nuestro protagonista que resuelva su asesinato.
Mezclando ingredientes de la literatura de terror y paranormal, Beatriz Osés ha creado una trama bien urdida de misterio, humor y aventura trepidante en la que sin embargo el principal mérito recae sobre los personajes. Al peculiar Erik y su contrapunto, la abuela Berta, se une otro personaje, Albert, que apenas perfilado, comienza a importar por el grado de misterio que aporta a la vida del protagonista. Entre los tres desentrañarán una historia en la que el ajedrez, pasatiempo favorito de los jóvenes asesinados, y la música de Schubert, también juega, un papel protagonista en la resolución del conflicto. Pero no serán la inteligencia, ni la capacidad de deducción, ni la sagacidad, sino la valentía y el arrojo de los protagonistas los ingredientes que logren que Erik no corra la misma suerte que sus paisanos asesinados. MLP
A partir de 11 años