Raimon Portell, Sergi Portela. Algar, 2014
El tema de los miedos infantiles se repite con frecuencia en la literatura destinada a las primeras edades, ya que ofrece un espacio en el que los lectores pueden explorar y canalizar sus emociones.
A veces estos miedos son imprecisos y adoptan la forma de horribles monstruos que viven debajo de la cama o en el cuarto del pasillo, como es el caso de la pequeña protagonista de este álbum, miedo que se acentúa con la oscuridad o cuando tiene que recorrer sola un largo pasillo.
En esta historia, el miedo es un personaje físico para la niña, e intenta describirnos cómo es, qué forma tiene o cómo lo percibe. En esto, la ilustración contribuye de manera muy expresiva recogiendo la idea del texto y trasladándola a través de imágenes de tentaculos enmarañados, que unas veces reptan y otras se acercan a la niña que se siente indefensa y cada vez más encogida.
Pero la protagonista ha encontrado una forma de afrontar su miedo. Siempre acompañada de su mascota y ante la vigilante presencia de sus padres, es capaz de poner en juego recursos que la ayudan a convivir con sus temores y que luego le valdrán para la vida diaria. Canta, baila, enciende luces, echa a correr…¿Quién no recuerda haber utilizado estos mecanismos alguna vez?
El texto breve pero explícito se conjuga con la ilustración limpia y dinámica, que juega con los colores y las líneas, con el blanco de fondo y con las perspectivas para contar sin palabras. Ejemplo de ello es el largo pasillo ondulante, sugerente…
El pequeño lector se sentirá identificado con el personaje, pasará miedo con él pero se sentirá aliviado cuando descubra que todo tiene solución. MB
Recomendado a partir de 3 años.