Aina S. Erice y Jacobo Muñiz. A Fin de Cuentos, 2018
Ya teníamos ganas de pegarle un mordisco a este libro de cuentos. ¿Será por el olor que desprenden las rojas manzanas de Blancanieves? ¿O el de las legendarias rosas del jardín de la Bella y la Bestía? ¿Tal vez el que nos llega de la casita de Hansel y Gretel, que en el relato original de los hermanos Grimm estaba cimentada con pan?
La original propuesta de este libro parte de la idea de que los cuentos de hadas no son nada sin las plantas y, partiendo de relatos clásicos, ofrece una nueva mirada al unir ciencia y fantasía para destapar historias secretas, curiosidades y datos históricos alrededor del reino vegetal que inspiró dichos relatos.
Nueve cuentos para nueve plantas diferentes. Aunque sabíamos que la lámpara maravillosa de Alí Babá se alimentaba con aceite, que en el castillo de La Bella Durmiente utilizaban husos para tejer lino, pues con uno se pinchó, y que sin una calabaza la La Cenicienta no hubiera encontrado carroza en la que acudir al baile… ¿qué sabemos en realidad sobre el lino, el algodón, el cáñamo, la remolacha o la avena?
La bióloga y escritora Aina S. Erice parte de la literatura para adentrarnos de manera divertida y amena en el conocimiento científico, otorgando, por una vez, el protagonismo a las especies vegetales que los habitan. Y para ello cuenta con las ilustraciones de Jacobo Muñiz, que refuerza con los tonos cálidos y los contornos suaves el sabor clásico de los cuentos, a la vez que les aporta vida y personalidad. Pero no queda aquí la cosa. Al final de cada historia se retoma el enfoque lúdico para ofrecer actividades sencillas, manualidades, sabrosas recetas de cocina, olorosos perfumes o pócimas relajantes con las que redondear un libro del que podrán disfrutar tanto adultos como niños. MB
Recomendado a partir de 9 años
