Fran Pindadera y Tesa González. – La Guarida, 2019
Todas las buenas historias merecen un buen final. Pero a esta le ha salido un punto rebelde. Y es un lío, porque todas las buenas historias acaban con el punto final, y en esta el punto ya aparece desde el principio. ¿Cómo puede ser? ¿El final al principio? ¡Claro!, porque el del final es el punto rebelde.
Él es así, un soñador al que le gusta conocer historias nuevas antes de cerrar la suya. Escapar, buscar, conocer y disfrutar del camino. Nuevas ciudades, nuevos retos…, no sin cierto riesgo, igual sale disparado de un cañón, que entra en la boca de un glotón, que hace de balón,… ¡¡Buff!!, son demasiadas aventuras, ¿cómo podría volver?. Pues rodando, cómo no. Y es que en un círculo el principio siempre se junta con el terminar, y siendo redondo, solo redondo puede ser ese final.
Una divertida e imaginativa historia de Fran Pintadera en la que Tesa González despliega su paleta de colores para dar protagonismo nada menos que ¡a un punto! El protagonista recorre las páginas camuflándose entre el paisaje natural y urbano que recorre. Así salta, vuela o descansa entre figuras geométricas que construyen personajes en los que la autora no puede esconder sus referentes. Con ligereza pasa de lo figurativo a lo abstracto y onírico, mezclando el color con el traje negro del protagonista que el pequeño lector o lectora puede jugar a encontrar.
Pintadera juega a su vez con los itinerarios de construcción de una historia, con la búsqueda de un final a su creación, con la dificultad quizás de que el final sea digno de la obra hasta ese punto. Y antes de encontrar ese final cuenta al lector varias historias que son todas las que vive y disfruta el protagonista antes de volver al lugar para el que ha sido creado.
Un álbum con diferentes niveles de lectura para contar también en voz alta. M.L.P.
A partir de 4 años.