Ricardo Fernández Aguilà. – Plataforma editorial, 2017
Las nuevas tecnologías han entrado con fuerza en las aulas de enseñanza. O eso parece al menos, pues aunque las clases no estén suficientemente preparadas tecnológicamente (muchos alumnos, pocos ordenadores), sí lo están los alumnos, que cada día dejan sus aparatos en casa para asistir a unas clases en las que alguno no querría estar, mientras esperan volver a “engancharse” a redes sociales, juegos, etc. Los nuevos docentes también lo saben y su formación está hoy más orientada a aprender a aplicar de la mejor manera posible las posibilidades de internet en el aula, convirtiéndose en meros conductores de la búsqueda individualizada de competencias de sus alumnos.
Esto lo sabe muy bien David Linde quien va a sustituir por su jubilación al profesor Martin Solans, alter ego del autor del libro que nos ocupa, quien tras cuarenta años de docencia, abandona las aulas y a los alumnos. Pero antes de hacerlo quiere comunicar sus conocimientos a Linde con la entrega de varias carpetas en papel en las que reposa todo el conocimiento necesario para completar el curriculum de la asignatura de Legua y Literatura.
Por casualidad o aburrimiento más que por interés, un día Linde topa con una de esas carpetas y comienza a leer. En su interior, el diario de las clases anuales del profesor Solans, sus experiencias con chavales de primero de bachillerato a quienes durante años el profesor quiso convencer de la necesidad de creer que de verdad merece la pena aprender. El profesor plantea una forma de enseñanza basada en la oralidad y el diálogo con sus alumnos, en el pensamiento y en la reflexión, en busca del sincero interés del alumno, aun con la necesidad, no siempre conseguida de que este aprenda a discernir lo importante de lo accesorio y sea capaz de perpetuarlo en sus apuntes primero y en su cabeza después.
Del mester de clerecía a Becquer, Solans introduce en sus clases a los principales personajes de la literatura española, Garcilaso, Cervantes, Lope de Vega,…propiciando un diálogo entre ellos y sus alumnos, poniendo en relación sus épocas, analizando e intentando comprender los por qués de cada cambio histórico, buscando analogías hasta intentar encontrar similitudes entre seres humanos de cualquier época, para así conocerlos mejor y llegar también a entender sus propias vidas.
Frente a la tendencia tradicional de Solans, las nuevas ideas pedagógicas de Linde, que a pesar de todo aplaude alguno de los sistemas de su antecesor y con sus aportaciones introduce el subtema de la actual confrontación entre innovación y tradición.
Un libro en el que los jóvenes encontrarán la manera de entender mejor a sus profesores así como otra visión del temario obligatorio de Literatura del instituto y que sin querer leerán como se lee una novela. Los adultos por su parte, encontrarán un sencillo recorrido por la literatura española con pinceladas pedagógicas que ayudarán a entender al adolescente como alumno. Por su parte, a los profesores, específicamente de Literatura, se les ofrece la posibilidad de entrar en el aula de un colega, tal y como a Ricardo Fernández Aguilà le gustaría haber hecho sin necesidad de mirar por el hueco de la cerradura. M.L.P.
En la frontera.