Robert Barry. – Corimbo, 2017
Junto al sempiterno Belén, de connotaciones más religiosas, el árbol de Navidad es un clásico de la decoración de estas fiestas con las que despedimos el año. Sean cuales sean las modas con las que los especialistas bombardean cada temporada para dar nueva luz y color a estas fechas, el árbol permanece como base de espumillones, bolas, estrellas y otras figuras que fuera o dentro del hogar recuerdan que estos días son especiales. Y dentro de casa es donde el Señor Viladomat ha decidido colocar el abeto más verde y frondoso que pudo conseguir. Pero el interior tenía unos límites y el árbol era tan alto que hubo que reducirlo cortando con un hacha el trozo sobrante. El trozo sobrante cayó en manos de Adelaida, la chica que trabajaba en la casa quien, feliz, lo colocó sobre la mesa central de su habitación. Pero oh, sorpresa, el árbol no cabía, y con una tijeras hubo que cortar el trozo sobrante que encontró el jardinero, quien se lo llevó a su casa y al colocarlo vió que no cabía… Continúa así una divertida peripecia de la copa superior del hermoso árbol que en dimensiones ya muy reducidas, tras pasar a decorar varios hogares, acaba dentro de la ratonera del salón del señor Viladomat quien sin saberlo ha conseguido con el desecho de su decoración, iluminar de alegría y color los salones de varios de sus empleados y otros tantos animales de los alrededores.
El árbol de Navidad del señor Viladomat, es el cuento más conocido del escritor e ilustrador de libros infantiles Robert Everett Barry, quien ya lo publicara en el año 1963 tras darlo a conocer en un programa infantil titulado Captain Kangaroo. Desde entonces distintas editoriales lo han sacado al mercado siendo esta la primera vez que aparece traducido al castellano con ilustraciones en color.
Las imágenes, con un estilo muy sesentero, detallistas y expresivas, se multiplican en la página, acompañando cada bloque de texto que con una rima que va de la consonancia a la asonancia, alterna con humor descripción, narración y diálogos, aportando un ritmo ágil y distendido a la historia.
Un mensaje subyace a lo largo de toda la narración: la importancia de compartir, pues todo en este mundo tiene una utilidad y lo que uno deshecha puede servir a otro. M.L.P.
A partir de 4 años
