Txabi Arnal y Miguel Cerro. – La Guarida, 2017. – (Colección Pi)
Una mañana, una simpática ardilla andaluza decide dedicar todo su arte y desparpajo a un espectador muy elevado, el sol. Guitarra en mano sube a la copa de un fresno para dedicarle su canción. Pero así como el sonido de la naturaleza no es consecuencia del sonido de un solo intérprete, nuestra ardillita pronto se da cuenta de lo pobre de su arte, y comienza a buscar colaboradores. Cinco veces parará, cinco bajará del árbol y las cinco volverá con un amigo que enriquezca la actuación para tan ilustre espectador. Con tanto comenzar y rectificar pronto llegará la noche y con ella una protagonista excepcional que también quiere escuchar.
Taxi Arnal recorre la península de su norte natal al sur de su personaje para dar un papel primordial al arte flamenco que sin ser el protagonista, juega un papel en el álbum que no estamos acostumbrados a ver en los álbumes infantiles. Con estructura de cuento acumulativo, habla al lector de la necesidad del trabajo en equipo, mientras cuenta. Porque de contar también va el libro. Y no solo cuentos. Tantas son las veces que la ardilla salta del árbol, que los saltos aumentan progresivamente en el texto, como lo hacen las notas de la guitarra, los músicos que suben al tablao o las reverencias debidas al sol. Esta cantinela de números puede convertirse en un juego para los prelectores y el mediador en la lectura, que enriquece el álbum más allá de su trama principal.
Miguel Cerro, por su parte, ha situado a los protagonistas en un plano superior al terrestre, elevado a las copas de los árboles, los cables de la luz, o las esponjosas nubes en que sitúa el tablao de los artistas. Todo el álbum está ilustrado a sangre en colores vivos y saturados. Así se ilustra también cubierta y contracubierta, que forman, bien abiertas, una cálida y entrañable imagen que muestra la progresión de la luz diaria, con esos dos personajes que sin conflictos se alternan y disputan el protagonismo de cada uno de nuestros días. Los simpáticos personajes enriquecen el texto con su expresividad, completando así la intención narrativa de la obra.
Los autores han sabido empastar sus disciplinas, texto e imagen, para completar la nueva obra de La Guarida, un álbum muy flamenco al que no faltan los sempiternos lunares de las guardas, en amarillo, en honor a tan ilustre espectador. ¡Olé!. M.L.P.
A partir de 4 años