Annabel Pitcher. – Siruela, 2016 (Nuevos tiempos ; 351)
“¿Sabes lo que es que te decepcionen las personas en las que más confías en el mundo?”. A los quince años, lo más probable es que esas personas sean tus padres o tus hermanos, y si eres hija única las probabilidades se reducen bastante.
Tess adoraba a sus progenitores, hasta el día que hurgando en el ordenador de su padre descubrió que no solo este no lo era, sino que además él nunca lo había sentido de esta manera. Vale, su madre sí lo es, pero ocultándoselo durante toda su vida, se ha convertido en cómplice y por lo tanto en culpable de la desolación en la que ahora se encuentra su ¿hija?.
Las sensaciones negativas de Tess van a ir empeorando a medida que pasan los días tras su desolador descubrimiento. No soporta estar en casa, no es capaz de irse de ella y no puede controlar su relación con su mejor amiga ni con el resto de chicas de la clase, que la acosan e insultan por su físico y sus gustos diferentes, hasta el momento en que decide dejar de hablar, asustando primero y sorprendiendo después a todos los que la rodean, mientras busca entre ellos al que sin duda tiene que ser su padre. El resto del mundo es sustituido en la cabeza de la protagonista por un amigo imaginario, una linterna de colores con forma de pez que le replica cada uno de sus pensamientos, manteniéndola en la realidad y rebatiendo cada uno de los pensamientos negativos y esperanzas infundadas, supliendo así su necesidad de comunicación y su incapacidad de hacerlo de forma valiente y sincera.
Narrado en primera persona, en un estilo ágil, tierno y entretenido, en el que cada personaje, descrito de manera profunda y sincera tiene una voz y una psicología particular. La exageración de la trama, que presenta un caso extremo y desolador de desenraizamiento y falta de identidad, está resuelta con solvencia y credibilidad. Las reacciones de la protagonista pueden ser las mismas que las de cualquier adolescente en busca de sí mismo, lleno de complejos e inseguridades, por lo que el lector, aunque no se identifique con la trama, sí podrá hacerlo con los sentimientos de la protagonista. Como en sus anteriores novelas (memorable Mi hermana vive sobre la repisa de la chimenea y drástico cambio de registro en Nubes de Ketchup), la autora engancha al lector con su estilo intimista, en ocasiones poético, su emotividad y la sinceridad con que crea a sus personajes, así como las relaciones que establece entre ellos. Altamente recomendable. M.L.P.
A partir de 16 años
