EL día 10 de noviembre se falló el Premio Lazarillo 2016, en su modalidad de Álbum Ilustrado, con una dotación de 3.000 €. Según nota de prensa de la OEPLI, el jurado, integrado por Sara Moreno Válcarcel, copresidenta de la OEPLI, y por Teresa Durán, Ana Cristina Martín, Antnio Seijas y Lorena Martínez, en representación de las cuatro secciones territoriales de la OEPLI, seleccionó la obra ganadora BARRIOS DE COLORES de Ana González Menéndez y Kike Ibáñez, entre los 58 proyectos presentados, destacando de forma unánime la fuerza y el impacto de lo simple en la obra, donde esa simplicidad responde a una idea compleja en la que los autores han sabido establecer una armoniosas y coherente composición entre texto, tipografía, forma y color.
En la Obra Barrios de Colores si de pronto unos extraños señores se llevaran las farolas del barrio, y volvieran días más tarde y, finalmente, el barrio se quedara incluso sin colores, ¿podrían entonces el caos y la tristeza llegar a apoderarse del vecindario? Quizá sólo un inesperado descubrimiento pueda cambiar el curso de los acontecimientos…
Ana González Menéndez es Doctora cum laude en Filosofía, especialidad en Teoría de las Artes y Estética, por la Universidad Complutense de Madrid. Grado en Música por el Conservatorio de Madrid, especialidad en piano y flauta travesera. Posgrado en Inteligencia emocional y Educación. Acreditada por la ANECA. Ha coordinado el seminario permanente e interdisciplinar sobre Escritura e Imagen, La Europa de la Escritura, de la UCM, en colaboración con el CNRS París VII. Ha sido miembro de diferentes consejos de redacción y ha publicado numerosos artículos relacionados con las Artes, la Filosofía, la Música y la Teoría del Conocimiento, habiendo desarrollado también trabajos con fotógrafos e ilustradores. Su labor docente e investigadora se desarrolla en instituciones como la Universidad Complutense de Madrid, la Universidad Internacional de la Rioja, la UNED o la Universidad de Oxford. Ha colaborado con diversos directores de orquesta y músicos, tanto a nivel nacional como internacional, y es intérprete en numerosos conciertos didácticos y experimentales.
Kike Ibáñez con 12 años no tenía bicicleta propia y usaba la de su abuela, una bici tan vieja y rara que todos se burlaban de él. Así que un buen día contó su secreto: la bicicleta había pertenecido a su abuelo, un ciclista profesional. Después de oír esta historia, todos querían usar la bici de su abuela.
Años después, Kike Ibáñez estudió Artes Gráficas, Diseño Gráfico e Ilustración en Madrid. Desde 2008 diseña y dibuja desde su bonita casa en el centro para editores, empresarios, periodistas, actores, músicos, amigos, niños, niñas, señores y señoras. También es profesor, sigue montando en bicicleta y riega las plantas.