Gabriela Rubio. – La Guarida, 2016
Sara nunca se ha preocupado por su aspecto. Tiene aproximadamente siete años y se considera bastante normal. Ni alta ni baja, ni gorda ni flaca, ni fea ni guapa. Lo que se dice, normal. Su madre le insiste para que se peine y se arregle un poco pero ella nunca se mira al espejo, y solo pensar en los tirones que tiene que soportar para desenredar su hermosa melena…. A ella lo que le gusta es leer, jugar y visitar el zoo que tiene enfrente de su casa. Y aquí empiezan los problemas.
La taquillera del zoo ha cambiado y no reconoce a Sara en el bono con el que cada día entra a ver a los animales. No habrá más remedio que hacerse una foto nueva. Esto no supone mucha complicación, claro, hay un fotomatón cerca. Pero cuando Sara se ve reflejada en ese papel alargado que sale de la máquina con su imagen… ¡Qué horror! – Sara se ha visto y se pone muy, muy colorada-, ¿esa soy yo?, exclama.
De esta manera Sara comienza un periplo de búsqueda de una imagen adecuada para sí misma. Ayudada por un hada que le permitirá moldear su imagen a voluntad, la protagonista irá experimentando hasta darse cuenta de que no hay nada que cambiar y que la auto aceptación es la clave para sentirse a gusto con uno mismo.
Gabriela Rubio ganó el Premio Apel.les Mestres de Ilustración Infantil en 1999 con esta obra que hoy edita de nuevo La Guarida. Un texto sencillo que conserva la frescura y la actualidad de entonces, a merced de Sara, su protagonista, con la que los lectores podrán identificarse, tanto en sus emociones como en sus acciones, y de la que podrán aprender el valor de ser uno mismo. Imágenes arriesgadas y de gran fuerza expresiva y compositiva que resultaron muy innovadoras entonces y que aún sorprenden por su eficacia y rotundidad. El juego de tamaños y perspectivas refleja los distintos estados psicológicos de una protagonista con personalidad, fuerte, curiosa y decidida.
Con Las fotos de Sara, la editorial La Guarida inaugura la colección Dentro de la Caja, dirigida a lectores autónomos. Una acertada apuesta cuyo objetivo es perpetuarlos en este sano vicio desde sus casas o desde las escuelas con historias divertidas y sugerentes con las que identificarse y disfrutar. De formato mediano y una imagen de serie muy identificable, no abandona sin embargo el gusto por la ilustración, que invade las páginas asumiendo el mismo protagonismo que el texto para leer en ella lo que no dicen las palabras y dejar volar la imaginación más allá de ellas.
A partir de 7 años