Roberto Aliaga y Miguel Cerro. – La Fragatina, 2015
El señor Col y el señor Tristán eran buenos amigos. Bueno, esto es algo que suponemos, porque lo cierto es que van a empezar este cuento muuuuuuy enfadados.
Empecemos otra vez.
El señor Col y el señor Tristán están muy enfadados. Nadie en el vecindario sabe qué ha podido suceder, pero desde esta mañana no paran de gritarse, de rehuirse, de evitarse, de espiarse, de imitarse…, aún más, de superarse.
Porque tras el enfado llega la rivalidad y con ella el sinsentido, el “y yo más”. Y si uno cierra la puerta, el otro da un portazo. Y si uno baja las persianas, el otro las tapia. Y si ahora Tristán construye una vaya, Col cava un foso…. Hasta que ocurre el desastre y ambos se ven en la calle y solos, bueno, el uno junto al otro, pero aún sin hablarse.
El sinsentido humano provoca situaciones absurdas y exageradas y Roberto Aliaga lo explica con mucho humor para mostrar lo ridículos que los individuos nos ponemos por un simple enfado. ¿Dónde está nuestra empatía?, ¿dónde la comprensión?, ¿Dónde el sentido del ridículo?
Las ilustraciones de Miguel Cerro contribuyen a potenciar el absurdo de la situación y son el ojo del vecindario que, representado por doña Cotorra, observa atónito cómo sus vecinos enloquecen. Como si los observara una cámara oculta, juega con los encuadres y la perspectiva y el color para contraponer las actitudes de ambos protagonistas.
Un álbum muy divertido, narrado en un estilo distendido e irónico con un ritmo trepidante que hará volar a los lectores hasta un final muy sorprendente. Spoiler: ¿Ven esa pequeña mosca que atrae la mirada de los protagonistas en las guardas del libro?, pues no le pierdan la vista, ella es la clave para solucionar el conflicto. M.L.P.
A partir de 4 años