Israel Zangwill. – Ardicia, 2015
Un hombre joven aparece asesinado en una habitación a la que es imposible acceder. Un corte limpio en el cuello ha acabado con su vida mientras dormía, con las ventanas atrancadas y la puerta cerrada por dentro. Cuando su casera, la señora Drabdump, y su vecino, el exdetective Grodman derriban la puerta, aún encuentran en su postura el plácido descanso del sueño, con la cabeza apoyada despreocupadamente en los brazos sobre la almohada. Arthur Constant era un joven brillante, idealista, pacífico y bueno, nada en su vida conocida hace pensar en la existencia de un enemigo que quisiera acabar con él. Todo un misterio para el actual detective de Scotland Yard Wimp, sucesor en el cargo de Grodman, quien brillantemente demuestra cómo Tom Mortlake, líder laborista, amigo y colega del desafortunado Constant, tiene razones suficientes para haber acabado con su vida. La competitiva influencia de ambos entre la clase obrera y los esporádicos encuentros del muerto con la novia del sindicalista Mortlake son pruebas suficientes para que este asesinara a Constant por celos. Wimp se encargará de convencer al jurado de cómo pudo hacerlo en un lugar aparentemente inaccesible. Pero la rivalidad de Constant con su sucesor desmontará su teoría así como cualquier conjetura elaborada por el lector y dará al caso una solución impensable, sorprendente y muy ingeniosa.
Ismael Zangwill escribió este relato policíaco en 1892 por encargo del director del diario londinense The Star, donde se publicó por capítulos durante quince días. Junto con Los crímenes de la calle Morgue de Edgar Allan Poe y El misterio del cuarto amarillo de Gaston Leroux, es considerada una de las narraciones pioneras del género, inscribiéndose dentro de la tradición de los relatos detectivescos de cuarto cerrado. Zangwill añade al género un sutil humor y una fina ironía, representados ambos en la humanización de objetos inanimados y principalmente en la caracterización de los personajes, minuciosamente descritos tanto en su aspecto físico como psicológico. Detectives, caseras, amas de casa, sindicalistas, trabajadores, poetas, filósofos, criadas, amantes, ministros, …. Un variado elenco de protagonistas que con su actitud y su testimonio contribuyen al desarrollo de la acción y la resolución del conflicto.
Una muy recomendable lectura, divertida y bien escrita para todo aquel que guste de bucear en la historia de la novela policíaca y el método deductivo. M.L.P.
A partir de 15 años