John Griffith London nació en San Francisco el 12 de enero de 1876 y murió en Glen Ellen, California, el 22 de noviembre de 1916. Parece ser que era hijo de un astrólogo, al que no conoció, y de una espiritista que se casó con Yack London meses después del nacimiento de su hijo. Completó sus estudios de bachillerato y consiguió entrar a la Universidad de California, que tuvo que dejar por problemas financieros. Realizó diversos trabajos como marino, pescador, e incluso contrabandista, hasta que en 1897 y 1898 viajó a Alaska, empujado por la corriente de la fiebre del oro. De regreso a San Francisco comenzó a relatar sus experiencias.
En 1900 publicó una colección de relatos titulada El hijo del lobo que le proporcionó un gran éxito popular. Publicó más de 50 libros que le supusieron grandes ingresos pero que dilapidó en viajes y alcohol. Fue corresponsal de guerra y vivió dos matrimonios tormentosos. Se suicidó a la edad de 40 años. De ideas socialistas y siempre del lado de los trabajadores, London fue militante comunista y agitador político. Mantenía que el ser humano no es bueno por naturaleza, y sólo los fuertes consiguen alzarse en la vida que es dura. Pero sus heterodoxas lecturas le convirtieron en una curiosa mezcla, discípulo del evolucionismo y al servicio de un espíritu esencialmente aventurero.
Entre sus principales novelas cabe mencionar su obra maestra, La llamada de lo salvaje (1903) Los de abajo (1903), sobre la vida de los pobres en Londres; El lobo de mar (1904), basada en sus experiencias como cazador de focas; Colmillo blanco (1906) un libro sobre la hegemonía de los más fuertes y la lucha por la libertad. John Barleycorn (1913), un relato autobiográfico sobre su batalla contra el alcoholismo, y El vagabundo de las estrellas (1915), una serie de historias sobre el tema de la reencarnación. Sus novelas han sido traducidas a numerosas lenguas.