Rosa Ribas y María Espejo. – Reino de Cordelia, 2015.
Marta Ferrer y Miss Fifty. Dos nombres, dos identidades. Similares iniciales para una misma persona. Marta Ferrer tiene cincuenta y cuatro años, un marido, dos hijos, un trabajo estable y un justificado miedo al cáncer que durante los últimos meses la ha mantenido atada a un hospital. En la última sesión de radioterapia un extraño rayo blanco nubla su vista. Horas después podrá comprobar que algo ha cambiado en ella, descubriéndose a sí misma una serie de super poderes que asume con naturalidad, como compensación del miedo y la inseguridad causadas por la enfermedad. Pronto Marta descubrirá el sentido de su nueva condición. Otras personas han adquirido poderes similares a los suyos escogiendo, como en la vida, utilizarlos para hacer el bien o para todo lo contrario. Bajo el nombre de Miss Fifty, Marta decidirá luchar no solo contra la delincuencia barcelonesa y los super villanos que siembran el caos en la ciudad, sino también contra su personal enemiga, Yodaína, obsesionada con destruirla.
Rosa Ribas ha utilizado la estructura de novela para narrar las peripecias de cualquier super heroína de cómic, desde el descubrimiento de sus poderes, pasando por la aceptación de los mismos, a ver su nombre iluminado en el cielo de su ciudad. Con un disparatado humor e introduciendo personajes de la cultura popular española que harán sorprenderse al lector, la autora rinde, según sus propias palabras, un homenaje a las mujeres que han pasado por esta enfermedad, heroínas invisibles que además de enfrentarse al tratamiento han de seguir enfrentándose a las actividades cotidianas de trabajadoras, esposas y madres.
El estilo de cómic está presente en toda la novela en la que además aparecen la super amiga de la protagonista, el villano y sus esbirros y el policía bueno que se huele la jugada y aprovecha los poderes de la heroína para acabar con el mal. También las ilustraciones, desde la cubierta, reflejan el humor y esa estética de cómic con la que la autora ha hilvanado toda la novela. Y es que la risa es parte fundamental de la historia, convirtiéndose en el antídoto contra la kriptonita particular de la protagonista. M.L.P.
En la frontera