Andrea Maturana y Francisco Javier Olea. – Fondo de Cultura Económica, 2014.
Maia y Santi son grandes amigos. El tiempo pasa rápido cuando están juntos, juegan, y continúan divirtiéndose cuando están separados. El día que Santi hace las maletas para acompañar a su padre a un país lejano, un enorme vacío comienza a crecer en el interior de Maia.
La amistad, la separación y el reencuentro son los grandes temas de este álbum con el que los niños aprenderán que la amistad verdadera es ese sentimiento que jamás desaparece, que los buenos amigos no se olvidan a pesar de las distancias y que las personas no son reemplazables.
Con el tiempo, Maia aprenderá a vivir sin Santi. Mientras espera su vuelta creará nuevas y buenas amistades que llenarán el vacío dejado por su amigo pero no borrarán su recuerdo ni ocuparán el espacio que tiene reservado para él en su vida.
Tras la lectura de La vida sin Santi el adulto aprenderá a no subestimar el dolor que la separación puede producir en el niño y encontrará la manera de compartir con él el placer de reconocer una amistad, ayudándole a atenuar el daño producido por una separación inevitable.
Andrea Maturana narra con gran ternura y un tono poético esta historia para leer en compañía en la que se mezclan sentimientos de añoranza, vacío y soledad pero también de novedad, alegría y esperanza. Un renacer necesario que arrincona el dolor aunque no olvide.
Francisco Javier Olea simboliza la distancia de los dos amigos con la pequeña bola del mundo que Santi regala a Maia en el momento del adiós, que crece en los primeros momentos y decrece con el paso del tiempo, pero no desaparece, convirtiéndose en el espacio reservado al amigo que quizá algún día regrese.
Un hermoso álbum fruto de la perfecta conjunción del talento de ambos autores que con un texto breve y ricas imágenes narran una historia redonda, completa y muy recomendable. M.L.P.
A partir de 4 años